¿Te ha pasado que en algún momento de tu vida, te duele el cabello?
Déjame aclararte una cosa: ¡El cabello en sí no puede doler! Sin embargo, a veces podemos tener esa sensación en la raíz y pasa más seguido de lo que se cree.
El cabello no puede doler, lo que duele es el cuero cabelludo. Los motivos pueden ser varios. Casi todos hemos sentido alguna vez dolor o sensibilidad en el cuero cabelludo, la primera barrera física y de aislamiento térmico de nuestro cerebro. Es una sensación muy incómoda que no siempre tiene relación con llevar un peinado tirante. Si es culpa del peinado, se resuelve al cabo de unos minutos de deshacerlo, pero, si la molestia persiste, puede deberse a un problema dermatológico que debe ser tratado ¿Lo sabías?
El cabello está compuesto en su mayor parte por una proteína llamada queratina, que es la misma de la que se componen las uñas y que se estructura en forma de escamas superpuestas como las tejas de un tejado. Lo que provoca la sensación de dolor en el cabello son unas terminaciones nerviosas cuya posición natural es la misma dirección en la que crece el cabello.
En principio, dichas terminaciones no deberían sufrir presiones en unas condiciones sanas y normales del cabello y del cuero cabelludo, pero si estas condiciones se alteran tanto de forma física, como por agentes químicos o infecciosos, se activarán provocando el picor o dolor dependiendo del grado de alteración.
Dicha sensibilidad es una de las características del envejecimiento o degeneración del cuero cabelludo.
¿Cómo calmarlo?
Realizar masajes capilares funciona porque ayuda a reactivar el flujo sanguíneo y ejerce un efecto calmante del dolor. En este caso te recomiendo que sea un masaje profesional.
Es importante llevar un buen control del estado de nuestro cuero cabelludo con uso de shampoos adecuados de acuerdo a nuestra necesidad y tratamientos que eliminen el exceso como productos neutros.
Cambiar la forma de peinarte de vez en cuando.Si siempre llevas recogidos, procura soltarte el pelo algunas veces, un día te la haces alta y tirante, otro día, baja y más suelta. Aunque lo mejor es dejar la melena suelta para relajar el cuero cabelludo y renunciar a ella de vez en cuando.
Recuerda acudir a profesionales especializados para que te hagan un diagnóstico certero y te presente las mejores soluciones.